9 de agosto de 2012
Invoca la luz de Cristo
La eterna búsqueda interior de cada uno, aún cuando la llames de diferentes maneras, siempre apunta a mayor felicidad, éxito y habilidad de hacer y lograr. A veces se llama confort, seguridad o contento. A veces se la llama auto realización, unidad, conciencia universal o la realización de Dios.
La llames como la llames, es eso que va a funcionar para tí y a darte la dicha que ya sabes que es tu herencia. Es verdad el decir que la dicha, la felicidad y el éxito son tu herencia y hay claves presentes en tu conciencia que van a abrir el cerrojo para esas metas para tí.
Lo que puede imaginarse, puede manifestarse. Sólo requiere de aquellos lo suficientemente dispuestos a comprometerse, a crear y a dar.
¿Entiendes que te lo ganas todo? Mediante tus pensamientos, tus sentimientos y tus actos, te ganas lo que recibes. Y si recibes algo que en términos del mundo parece valioso o “bueno” y te vuelves arrogante por ello asumiendo una actitud de superioridad, lo más seguro es que te enseñen que eso no es muy importante en términos del Alma. Al Alma no le importa si comparte con reyes y reinas, o si lo hace con el conserje. En el Alma no hay diferencia alguna. Todo es uno.
Moisés abrió el Mar Rojo, y Jesús caminó sobre las aguas, probando que se puede hacer. Sus acciones pusieron esa capacidad potencial dentro de cada Espíritu humano.
En estos tiempos, el desafío es encontrar el corazón espiritual, el amor viviente, el Bienamado en nuestro interior. Ya no buscamos tanto los milagros externos como los milagros internos de amor, verdad y hermandad.
En la conciencia total de uno, te das cuenta de que este cuerpo es todos los cuerpos, este corazón es todos los corazones, este amor es todos los amores, que este Dios es todos los Dioses y en ello tenemos nuestro amor, nuestro respirar, nuestro ir y venir, nuestra muerte y nuestra resurección.
Sabe que cada situación y cada circunstancia te sirven como un peldaño hacia el Espíritu.
Siempre puedes invocar la Luz de Cristo y del Espíritu Santo para rodearte, protegerte y llenarte en tu intención y trabajo para asistir a otros.
Hay mucho que aprender, crecer y discernir por tu experiencia directa. La información necesaria para estar en claro cuando ayudas a otros, está disponible en gran, gran detalle. Luego se trata de la práctica y de darte cuenta mediante la comprensión de que practicas, practicas, practicas.
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