El Festival de Wesak o la culminación del esfuerzo grupal
Sábado 5 de Mayo
Sábado 5 de Mayo
Wesak simboliza la unión del futuro. En Oriente es un festival de gran popularidad, algo así como la Navidad para nosotros/as, sin embargo hoy en día su alcance es ya de orden planetario. Alice Bailey comenzó ya a promoverlo desde su Escuela Arcana, hace más de medio siglo. Desde entonces diversos movimientos de nueva espiritualidad lo han tomado como uno de sus más importantes citas. Wesak simboliza la oportunidad de reunir en una sola festividad mundial a Oriente y a Occidente, de acercar a las grandes religiones del mundo, un evento universal con vocación de ser reconocido por todos los humanos de cualquier creencia. La luna llena de Tauro sería el germen, el punto de arranque de la religión unificada, más allá de las formas particulares de cada credo, la religión del espíritu por encima de las circunstancias del tiempo o geografía.
La señora Bailey, en uno de los múltiples libros que le “susurrara” el Maestro Tibetano, La exteriorización de la Jerarquía, define el Festival de Wesak como una oportunidad desafiante. Apunta la esoterista inglesa que esta festividad planetaria es en realidad una gran puerta que los humanos podemos abrir para posibilitar el flujo de las “fuerzas regeneradoras de los Seres extraplanetarios que ofrecen su ayuda en estos momentos particularmente críticos”. A través de ella “los aspirantes y buscadores” pueden ponerse en contacto con energías difíciles de alcanzar de otro modo. Si los seres humanos, superando los conceptos esclavizantes de separación y odio, realizan el “esfuerzo debido”, los poderes de los Guías y Maestros pueden ser llevados a su máxima actividad.
La fundadora de la Escuela Arcana dejó escrita una breve invocación con el objetivo de preparar la festividad de Wesak e ir procurando así “un impulso de gran potencia”:
“Que las Fuerzas de la Luz iluminen a la humanidad.
Que el Espíritu de Paz se difunda por el mundo.
Que el espíritu de colaboración una a todos los hombres de buena voluntad donde quiera que estén.
Que el olvido de agravios, por parte de los hombres, sea la tónica de esta época.
Que el poder acompañe los esfuerzos de los Grandes Seres.
Que así sea y cumplamos nuestra parte”.
Himalaya interno
El próximo 5 de Mayo, si Dios quiere, a las horas indicadas nos uniremos en meditación, nos aunaremos en una misma “alma grupal colectiva” y nos sintonizaremos en ese “altar del mundo” que representaría el enigmático valle himaláyico. En esta “convergencia planetaria” las gentes de buena voluntad encuadradas en los diferentes movimientos espirituales, haremos un “esfuerzo espiritual” con “la finalidad de elevar a la humanidad más cerca de la luz y expandir una nueva conciencia”. Buena parte de estos esfuerzos estarán dirigidos al establecimiento de una relación más estrecha entre los humanos y la Jerarquía Planetaria o Hermandad Blanca, tutora de nuestro destino.
Participar del Festival de Wesak, independientemente de su ubicación física, es actúar como receptores-transmisores de una gran fuerza de amor que en esos momentos se vierte sobre una humanidad aún sufriente. Somos facultados para mejorar las condiciones de vida del género humano. A través de los numerosos “puntos de luz”, la Tierra resulta irradiada. En su otra obra “Tratado sobre los siete rayos” Alice Bailey menciona que el esfuerzo acrecentado de todos los grupos liberará una oleada de luz, inspiración y revelación espiritual de tal magnitud que producirá marcados cambios en la conciencia y mejorará las condiciones de este mundo.
Definitivamente no es preciso coger la mochila, ni siquiera sería necesario embarcarnos en el viaje que puede arrancar en la diaria estación del sueño. En realidad, en cada ser humano existe un trozo de cordillera himaláyica; cada quien puede observar sus crestas blanqueadas, más o menos ambiciosas y trepadoras hacia su supremo cielo; cada quien penetra, con más o menos éxito, en su blanqueado enigma. Afirman que cada cual alberga también su particular roca y su cáliz encima de ésta. Wesak representaría, por lo tanto, la invitación a alzar sobre la roca o realidad espiritual, nuestro cáliz de alegría y amor, para ser compartido entre la multitud, es decir entre la humanidad necesitada de ese preciado y aún escaso líquido.
“No os dejaré solos”
Wesak es algo más que el breve descenso de Buda y el Cristo a su balconada himaláyica, algo más que otra ceremonia dentro del recargado calendario religioso hindú y budista. Wesak representaría ante todo la oportunidad para que la familia humana reciba “una extraordinaria fuerza espiritual capaz, a decir de los clásicos del conocimiento sagrado, de hacer cambiar la marea de desesperación, crisis e incertidumbre actual e inaugurar una era de paz y de cultura para el alma”.
En realidad, todo arranca de una promesa, cuando a Gauthama Buda se comprometió “a no dejarnos nunca solos”. Siguiendo los dictados de su corazón, aseguró que vendría una vez al año, que descendería del “corazón de la Deidad misma” durante la luna llena de Tauro. Su Presencia entre las más soberbias montañas de la Tierra apenas dura ocho minutos, pero lo suficiente para “bendecir a los pueblos de todas partes, e impartir su mensaje de sabiduría, luz y amor”. Por unos instantes nos recuerda que “el hombre está acompañado”, que en realidad, siempre lo ha estado, que Dios no se olvida de su pueblo y que el Centro del Universo es compasión inalterable.
onecalendar.org
Festival de Wesak
Meditación Plenilunio del Buda
En el momento de cada luna llena, se establece un Puente de contacto y comunicación entre la humanidad y los centros superiores. Esta línea de comunicación se extiende incluso desde los centros plantarios hasta el Señor Solar, construyendo así, un canal único entre la humanidad y el Origen de la vida. Esta oportunidad para el contacto es un momento de regeneración, un momento en que se puede tomar contacto con la visión nueva y mayor, cargar todo el ser y dar directamente pasos por el sendero de la evolución y el servicio.
Cada día revela una nueva combinación de energías. Pero para un observador superficial, un día parece igual a otro; no ve la diferencia entre una Luna nueva y una Luna llena, o entre una Luna llena y la siguiente. Si queremos entender las cambiantes cualidades del Tiempo necesitamos comprender sus principios y sus interrelaciones, representados por los signos solares, las constelaciones, como así también por los planetas. Para tratar de percibir las prevalecientes cualidades del tiempo, para alinearnos y actuar en concordancia, debemos lograr un conocimiento cada vez más detallado de los procesos sutiles y de los ritmos. “Debe hacerse algo más que escuchar cortésmente estas verdades; deben aplicarse como realidades”.
La Luna llena de Tauro es un tiempo particularmente importante para el ser humano y para la Tierra, porque Tauro produce la recepción de energías de la Voluntad Divina, vertidas en Aries desde los Círculos Superiores. Tauro tiene el aspecto receptivo y Aries el distributivo. El mes de Tauro es el mes en que el Plan es revelado, cuando el Plan alcanza los niveles perceptibles, donde están los cinco sentidos y el habla. Los discípulos, por lo tanto, necesitan asegurarse de que en el mes de Tauro dedicarán sus discursos y sus sentidos a la Divinidad. Esto les permitirá vivir alineados y trabajar para el Plan; de lo contrario, se pierde una gran oportunidad para el resto del año. Aquellos que siguen esta disciplina del Discipulado encuentran la entrada al Valle de Wesak y participan en el Festival de Wesak.
En Sánscrito se llama Vrishabha al signo zodiacal Tauro: “Bha” significa radiación de luz y “Vrisha” verter. El acto de verter las energías de la Voluntad se refleja vía la Luna y es trasmitida a la tierra mediante la Luna llena, de manera suave y reducida, para el bienestar del planeta y de los seres que lo habitan. Durante la Luna llena de Tauro la Luna está en Escorpio, en la constelación de Vaisakha. Por eso es que a esta Luna llena se la llama la Luna de Vaisakha, o Luna llena de Wesak en Oriente. Los iniciados celebran este festival en Los Himalayas desde tiempo inmemorial; se reúnen para recibir la Voluntad, y comenzar a trabajar de acuerdo con el año venidero. El Festival de Vaisakh o Wesak representa un esfuerzo grupal y no un esfuerzo individual. Por lo tanto, ha de concurrirse al Festival en grupo y seguirlo en forma conjunta. Sintonicémonos con él permitiendo así la transmisión de energías, y de esta manera la Luna llena resultará una fiesta del Espíritu.
La culminación del discipulado es la Síntesis. Ésta puede ser alcanzada cuando los pares de opuestos se fusionan conformando su unidad superior. La materia de Tauro se transforma mediante la absorción de rayos solares. Cuanto más rayos solares se reciben, más luz además de calor recibe la materia. La capacidad de recibir y absorber calor es la clave para la transformación de las células del cuerpo del aspirante. Un cuerpo transformado produce Luz. Éste necesita para ello, ser inflamado (ó encendido en fuego). Para encenderse o inflamarse requiere calentarse, el calentamiento proviene de los rayos del sol en Tauro. A esto se lo llama el “Toro que engendra Luz”. Utilicen los rayos solares de Tauro. La nota clave para el discípulo en este plenilunio es: “Veo, y cuando el ojo está abierto, todo se ilumina”.
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