24 de octubre de 2011

La ley divina del ajuste


Las presiones que se nos hace en la vida son fuertes ya que todos
demandan de nuestra atención; exige el trabajo, los
estudios, la familia, la iglesia, los amigos, etc.
Hacemos de todo ya que es lo que se espera de nosotros, creyendo que
lo que hacemos es lo urgente, y empolvamos lo que realmente es
importante.
La Biblia en el libro del profeta Hageo capitulo 2 motiva al pueblo
de Israel a reordenar sus prioridades, dándoles a entender que a
pesar de que decían ser "el pueblo de Dios", se habían olvidado de
Él, poniéndolo fuera de sus prioridades.
El hombre generalmente se ocupa de sus compromisos de toda índole,
sean sociales, familiares o eclesiásticos, seguro que están
sorprendidos(as) por lo de "compromisos eclesiásticos", pero es que
muchas veces confundimos que la prioridad no es la "actividad" en
sí, sino "el Señor" de la actividad que realizamos.
Hagamos de Dios nuestra prioridad número uno, edificando Su casa, no
olvidándonos de Él y principalmente dándole a conocer al mundo, con
nuestras acciones y nuestro ejemplo (testimonio), al Señor
Jesucristo, el cual vino a salvar a "todos" los hombres.
Abre tu corazón y llénalo de generosidad para con los demás;
recuerda… "los que tienen den a los que menos tienen, y éstos a
los que nada tienen".

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